La élite seguirá siendo Europa
Está claro que la máxima expresividad de espectáculo en torno a un mayúsculo nivel técnico con la construcción de las mejores jugadas, de los mejores parados tácticos, de las mejores nociones estratégicas y sistemáticas, y del mejor desarrollo de filosofías de juego así como de los mejores estándares de entrenamiento físico, futbolístico, técnico, emocional, de liderazgo y de perfección de condiciones y talento, está y permanecerá en la geografía futbolera europea, particularmente desde España, Alemania, Inglaterra, Francia e Italia, y en un segundo nivel desde Holanda, Portugal, Rusia, Escocia y Grecia.
Sigue siendo la UEFA Champions league y la Europa League la reunión de los mejores equipos, con los mejores jugadores y entrenadores, cuerpos técnicos, personal directivo, federativos y gente involucrada directamente con la cancha de futbol. Europa sigue siendo un ejemplo mayúsculo en todo lo concerniente a lo meramente deportivo de este deporte. Lamento herir susceptibilidades latinas, africanas, asiáticas y otras.
A nivel de selecciones este asunto ni siquiera está a discusión porque ni Argentina, ni Brasil ni Uruguay, ni Chile están a la altura de las máximas expectativas hoy en día. México ni siquiera cuenta en el comparativo claro está; lejísimos estamos de todo ese máximo nivel.
Lo siento mucho otra vez por esta última aseveración pero nosotros particularmente seguimos siendo bananeros en muchos sentidos relacionados a la pelota de futbol.
Apellidos diferentes con posibilidades europeas
Al margen del Real Madrid, el Manchester City, el FC Barcelona y el Bayern Munich que en términos personales parten como amplios favoritos para ganar la máxima élite del futbol mundial a nivel de clubes en el rango 2018-2019 desde la Champions League, existen otros clubes que con similares virtudes a los equipos en mención anteriormente así como vanguardistas potenciales en términos de individualidades y plantel conjuntado, excelsa metodología de entrenamiento físico, táctico-sistemático-estratégico y pegadas ofensivas de muy diversa manufactura en forma y fondo, pueden competir con cualquiera.
La Juventus de Turín, no solo por la incorporación de Cristiano Ronaldo posterior a la Copa del mundo, sino por la consistencia de su plantel rejuvenecido pero custodiado con gente de experiencia como Giorgio Chiellini, una gran estructura deportiva con una filosofía de amplio ataque y de cuidado de la espectacularidad, de hegemonía italiana sobre los equipos milaneses, capitalinos en Roma y el Nápoles, hacen de este proyecto comandado por Massimiliano Allegri un hueso duro de roer en Europa; seguirán siendo los amos de Italia queda claro.
El Paris St. Germain, a base de la táctica del billetazo, en este caso con sabor Qatarí-Arabe, históricamente redituable pero poco consistente a lo Real Madrid, intenta de la mano de la nueva deidad del futbol mundial el brasileño Neymar, y de la promesa más trascendental del planeta Kylian Mbappé darle su primer vitrina internacional al conjunto de la capital francesa que todo parece indicar se adueñará en menos de diez años de todas las estadísticas galas, obligándose a consagrar un título en el máximo torneo europeo a como dé lugar desde ya.
En Francia hacia abajo han quedado el Olympique de Marsella, el Olympique de Lyon, el St-Étienne y el gigante Mónaco para las aspiraciones locales. Sencillamente los capitalinos de St-Denis en el norte de Paris arrasan con todos en toda la plenitud de la extensión geográfica del país que actualmente es dueña del campeonato del mundo por cierto.
El Liverpool que de un tiempo a la fecha volvió a sus bases ideológicas, deportivas, metodológicas, combativas, radicales y de gran órdago debe empezar a soltarse más e implicarle una resistencia incómoda mayor al Chelsea y al Manchester City en Inglaterra; hoy vuelven a ser más que el Manchester United y el Arsenal está claro.
Si pretenden consagrar un logro europeo y recuperar números importantes en Inglaterra deben aguantar la seducción en libras que el egipcio Mohamed Salah y el entrenador Jürgen Klopp anidan hacia los tiburones mayores del viejo continente, jerarquía que por cierto y de forma lastimosa los equipos británicos (Chelsea y Liverpool juntos) han ido perdiendo aunado a la medianía deportiva que en sí mismo el Manchester United ha consagrado en el último lustro.
Estados Unidos y China seducen mucho
Los dólares que los torneos amistosos y la venidera extinción del mundial de clubes generan con la presencia de equipos europeos en suelo estadounidense y chino en son de pretemporada y uno que otro duelo oficial es un tema interesante desde la parte comercial, mediática e incluso desde el lenguaje de la geopolítica. Si el espectáculo, el máximo nivel y la presencia de los mejores están garantizados, no le veo mayor problema a que partidos de las ligas europeas por país así como instancias finales de UEFA Champions League y de Europa League se jueguen en esos países.
Reconozcamos que de los países plebeyos futbolísticamente tanto Estados Unidos como China son los únicos que intentan implementar progresivamente las medidas y los estándares europeos a sus ligas, sus equipos, e incluso a la inercia de sus estructuras deportivas, y más pronto que tarde tanto Estados Unidos como China lograrán tener ligas que en menos de veinte años estén en un segundo escalafón con muy buenos réditos comerciales y deportivos de alto nivel futbolístico desde varias aristas. Tanto los chinos como los norteamericanos ven algo muy serio en el futbol soccer profesional y van gestando estructuras de forma fina y meticulosa.
Europa se blinda en selecciones
Inteligente ha sido la decisión que la UEFA ha tomado de crear la Liga de las Naciones para clasificar a la Eurocopa (competición que a nivel de selecciones yace como muy superior a la mismísima Copa del mundo, dominada por Europa en los últimos doce años reivindicando un parámetro de dominio absoluto con el mejor nivel desde luego).
Y es que esta determinación blinda a los mejores equipos nacionales de Europa a tener que jugar con rivales, no tanto de Europa pero sí de África o de América de medio nivel hacia abajo, donde tristemente tenemos que incluir a México.
Europa intenta blindarse de los niveles inferiores y la pérdida de tiempo entre mundial y Eurocopa desde los frentes comerciales y deportivos, lo último por cierto el aspecto más trascendental en el manejo federativo del futbol en Europa, contrario a lo que sucede en México o en Argentina.