El fútbol debe ser un espectáculo, y como espectáculo debe entretener, divertir y hacer vibrar al aficionado. En ello todos estamos de acuerdo, pero eso debe pasar en la cancha con los 22 del terreno de juego, no con un show mediático de autoridades y comisionados, los triunfos se deben dar en el rectángulo verde no en una mesa llena de hombres con trajes de etiqueta.
Cuando vimos que el calendario de las eliminatorias sudamericanas en su jornada 6 decía: Brasil vs Argentina, estoy seguro que a todos nos brillaron los ojos, no hay partido con mayor morbo a nivel selección en el continente americano que el “clásico” entre los dos grandes del continente, a esto le agregamos ese ingrediente que le ponía más sabor, el “Maracanazo” de Argentina en la Copa América. Era momento para que Brasil cobrara venganza aunque fuera para sanar un poco la herida, lo que no pensamos es que las formas de esa venganza serían por demás ridículas.
El fútbol es el deporte mas bello del mundo para muchos, y la pelota no tiene porque mancharse , lo que pasó en San Pablo el día domingo fue un abuso al fútbol, un abuso al aficionado y un abuso a la belleza de este deporte. Mezclar temas extra cancha y llevarlos al césped, con tal de ganar 3 puntos en la mesa no es algo digno para el pentacampeón del mundo.
Lo que hicieron los jugadores argentinos no es justificable, para nada lo es, es tramposo, y en medio de una pandemia incluso atenta contra la salud de los demás, pero eso es un tema que las autoridades fuera de la cancha debían revisar, el actuar de Brasil tampoco es honorable, mancharon el mejor partido de las eliminatorias y ahora los puntos deberán dividirse en la mesa.
La CONMEBOL tiene mucho trabajo por hacer, mientras se lava las manos argumentando que al ser partido de eliminatorias la FIFA deberá sancionar. El circo que vivimos el domingo quedará marcado para la historia, y no, no por los motivos adecuados.
“La pelota no se mancha”