Con A de Arminiato
Nada es casual, como decía en la primera parte. La propia designación de los árbitros para cada partido apesta. No hay disimulo.
– ¿Con qué árbitro no ha perdido nunca el Barça?
– Con Clos Gómez.
– Pues a la final de Copa.
– ¿Y si se lesiona?
– Pues de sustituto, al que está tomando su testigo, Hernández Hernández.
– ¿El mismo que se inventó dos penaltis de chiste en la última jornada de la Liga pasada contra el Éibar?
– El mismo Hernández al cuadrado.
– Pues que vuelva a pitar el mismo partido cuanto antes -por cierto, volvió a regalar un penalti a los blaugrana.
– Y ya de paso, que pite y perjudique al Madrid dos veces en las primeras 10 jornadas de liga (Levante y Girona).
“¡Pero es que a los grandes siempre les ayudan!”, continúan algunos con su cansino mantra.
– ¿Con qué árbitro tiene el Madrid sus peores porcentajes de victorias?
– Con Fernández Borbalán.
– Pues el derby contra el Atleti puede ser un partido perfecto para él. Si los del Sport dicen que es un árbitro talismán para el Barça no se me ocurre nadie mejor.
– ¡Qué gran idea! Además, ya les jodió contra el Valencia y le echó un cable al Barça en Getafe.
Algún día los madridistas nos daremos cuenta de lo meritorio que fue ganar la Liga la temporada pasada. Villar y su fiel lacayo Sánchez Arminio, el hombre que reconoce que “el Madrid no cae muy bien en este estamento”, debían estar que se subían por las paredes en mayo pasado, así que decidieron ir a saco desde el principio, quizás pensando en que las grabaciones del caso Soule iban a acabar con sus “brillantes” carreras, y tenían que poner toda la carne podrida en el asador. Las malas sensaciones que tuve para esta temporada comenzaron en el intento de atraco de la Supercopa. Y se confirmaron en las primeras jornadas de Liga, que además coincidieron con un pésimo momento de juego del equipo, y una bajísima forma de varios jugadores (Cristiano, Benzema, Marcelo, Carvajal). Pero al margen de los errores propios del Madrid, lo ocurrido en las primeras quince jornadas de Liga fue un escándalo tapado por una prensa servil y cada día más barcelonista.
El VAR podrá utilizarse en cuatro casos:
- Goles: para anular o dar por válido algún gol en el que se haya podido cometer una infracción. Servirá para dar por válidos algunos como el del Barça al Betis en el Villamarín, o para anular otros como el de este año al Málaga, o el de Suárez en fuera de juego en el Clásico robo de la temporada pasada.
- Penaltis: para decidir si se pita o no la falta (reglamento culé aparte). En algunos partidos puede haber media docena de jugadas dudosas. Y seamos sinceros, habría que mirar cada córner o cada balón colgado al área para ver esos abrazos de los defensas a los delanteros que, como dicen algunos comentaristas, “es penalti, pero yo no lo pitaría porque entonces habría que pitar seis o siete en cada partido”.
- Tarjetas rojas: los árbitros podrán revisar algunas jugadas para ver la gravedad de las entradas y calibrar la posible sanción o el color de la tarjeta. Si el sistema se utiliza de modo conveniente, Luis Suárez no llega al descanso en ningún partido. Aprovecho para recordar que el cXXXX uruguayo no ha sido expulsado ni una sola vez en la Liga española. En la holandesa, la inglesa y la selección sí lo ha sido, y posteriormente sancionado gravemente, pero aquí parece haber encontrado la impunidad que su carrera necesitaba.
- Confusión de identidades de jugadores: para evitar jugadas como la del famoso “Rafa, no me jodas”.
Salvo el punto número 4, en los tres anteriores la subjetividad va a seguir siendo importante. Y como se ha sabido por las grabaciones de los últimos meses o por las declaraciones de ex árbitros como Pino Zamorano o Daudén Ibáñez, Sánchez Arminio decidía todo en el mundo del arbitraje: quién subía de categoría, quién descendía cada año, a quién se nombraba internacional,… Al índice corrector que puntuaba a los árbitros se le aplicaba luego lo que era conocido como “el dedo corrector” de Sánchez Arminio. Y los árbitros no eran puntuados del mismo modo según se confundieran en un sentido u otro. Muñiz Fernández fue castigado sin pitar varias semanas por su famoso error en Elche a favor del Madrid, pero no por el olvidado error en el Camp Nou a favor del Barça contra el Sevilla por las mismas fechas.
¿Será por esta razón que Hernández Hernández, tras su error en el Villamarín que perjudicó al Barça, se ha pasado descaradamente tres pueblos en sus intentos por demostrar que es un árbitro parcial y totalmente afín al régimen imperante? Al acabar la temporada 2016-17, el árbitro participó en un debate en Movistar con otros árbitros y ex árbitros, y se mostró muy apenado por aquel famoso error que había tenido lugar cinco meses atrás, pero sin embargo, no se mostró contrariado por los dos penaltis que regaló al Barça frente al Éibar apenas dos semanas antes. Tampoco le preguntó ningún periodista, porque ya se sabe que lo que vende es el ataque al Madrid, no al Barça.
El Arminiato es un sistema controlado con puño de hierro, y solo así se entiende la vomitiva carta de apoyo que firmó todo el estamento arbitral a este dictadorzuelo de 75 años que ha conseguido rodearse de una cohorte de fieles que saben que le deben buena parte de su posición:
“Estamos orgullosos de tu trabajo, de cómo diriges al colectivo arbitral y de cómo nos tratas a todos y cada uno de nosotros. (…) El listón está muy alto (aquí risas, como vieron en la repesca del Italia-Suecia), y sigue creciendo gracias a ti.” Y concluye con un baboso: “Victoriano, TE QUEREMOS”.
No recordaba un ejercicio de cinismo y lameculismo igual desde la canción que Víctor Manuel le dedicó al Caudillo en 1966, aquella de “Gracias le doy al gran hombre que supo alejar esa invasión que la senda venía a cambiar”, y “No han de ocultar, hacia el hombre que trajo esta paz, su admiración”.