Con R de Roures
El tercer vértice del triángulo infernal del VAR es Jaume Roures, el exitoso empresario que controla los derechos del fútbol mientras compatibiliza sin problemas ser trotskista, millonario, independentista, íntimo de los dirigentes de la Federación Española, socio del Barça, patrocinador de Tebas, y lo más preocupante, dueño de la empresa que implantará el VAR en España.
Había dos empresas con interés por realizar la implantación del sistema en España: Mediapro y la portuguesa Hawk-Eye. La decisión fue tomada por LaLiga y la Federación. Supongo que el inmenso dineral aportado a La Liga por los socios de Roures en concepto de derechos de televisión unido a los intereses federativos de Villar, Gaspart y cía. hicieron que la decisión fuera sencilla de tomar.
El adoctrinamiento, perdón, la formación del VAR se realizará en Barcelona, en el edificio Imagina desde el que Mediapro recibe todas las señales de los partidos. Posteriormente se trasladará la central del VAR a las instalaciones de la Federación Española de Fútbol en Las Rozas. El Comité de Árbitros (Arminio) ha insistido en que es fundamental que todo el proceso esté controlado por la Federación (Villar), aunque las imágenes pasen previamente por Mediapro Barcelona (Roures).
Todo queda en casa. El comité de árbitros designado para estudiar el funcionamiento del VAR en otros países no puede ser más sospechoso: los ex árbitros López Nieto y Puentes Leira, los mismos que en su día se encargaban de la designación de árbitros para los partidos. Los mismos que en su día debieron echar una apuesta en el bar:
– No hay huevos de volver a poner a Iturralde en un Clásico.
– ¿Que no? Ahí lo tienes.
Iturralde, el árbitro que expulsó a Sergio Ramos hasta en seis ocasiones, un tipo que rezuma antimadridismo por todos sus poros, designado para dirigir varios clásicos de nuestro fútbol. Sorprende que ningún periodista se extrañe de las más de 20 expulsiones que lleva Ramos en el Real Madrid, mientras que no tiene una sola en sus más de 150 partidos con la selección. A ver si va a ser que lo cuenta es el color de la camiseta.
Como decía, López Nieto y Puentes Leira eran los encargados de las designaciones de árbitros, y ahora van a responsabilizarse de la formación del VAR. Los hilos culés se siguen moviendo con acierto, apoyando a Villar (el Madrid no), a Tebas (el Madrid no), a Sánchez Arminio (el Madrid no) y compartiendo intereses con Roures, socio en su día de Laporta, y ahora de Pere Guardiola.
López Nieto era peor que un cólico, malo, muy malo. Puentes Leira tuvo una carrera nefasta como árbitro, si bien menos gente recuerda el daño que nos hizo antes cuando servidor todavía creía en la justicia en el deporte: fue el juez de línea en una de las ligas perdidas (o robadas) en Tenerife. Sí, el mismo que señaló fuera de juego en el gol de Milla (hubiera sido el 1-3), un fuera de juego que no era por dos metros, y entre él, García de Loza y las cagadas de Rocha, Buyo y Sanchís se nos escapó una liga que se había ganado justamente en el campo.
¿Tanto efecto pueden tener las imágenes? Sin ninguna duda. Depende mucho del ángulo de las cámaras que una jugada parezca fuera de juego o no. En algunos programas han tirado de arquitectos, puntos de fuga, líneas que se cruzan, etc,… para determinar que un fuera de juego lo era o no por 16 centímetros. Hace poco leía un titular que decía que “los operadores deberán ser neutrales”. Joder, pues claro, ¿acaso lo dudaba alguien?
Pues yo sí, como se vio en el Aytekinazo de la Champions, cuando no fue posible ver otras tomas de algunas jugadas, que fueron escamoteadas por los realizadores. ¿Ocurrirá esto con el VAR si las imágenes son filtradas por realizadores como Óscar Lago?
Lo vimos también durante el Real Madrid-Betis de la temporada pasada o durante el Villarreal-Real Madrid. Las imágenes del choque entre Keylor Navas y Brassanac, o la mano que supuso un penalti a favor del Madrid en Villarreal, fueron repetidas tres millones de veces, mientras que no vimos ni una sola de varias acciones de esos mismos partidos. Sin ánimo de extenderme:
- El gol del Betis en fuera de juego posicional.
- El penalti a Morata frente al Betis.
- Un fuera de juego mal señalado a Ronaldo cuando se quedaba solo frente al portero.
- Los dos goles claramente ilegales del Villarreal.
- Los dos posibles penaltis no pitados a favor del Madrid contra el Villarreal.
Solo se repetían las jugadas dudosas que podían beneficiar al Madrid. “Pequeños” matices que se pueden obviar desde el centro de control del VAR. Ojalá me equivoque, pero de momento en Alemania ya han tenido que destituir al responsable del VAR por sus “errores” a favor de su equipo del alma, el Schalke 04.
Nada es por casualidad. Que el Girona, equipo del que Roures es socio, gane al Madrid con un gol en fuera de juego en un partido arbitrado por Hernández al cuadrado, tampoco.
Hace poco he tenido una pesadilla. Soñaba con un Madrid-Barça decisivo y en el último minuto había una jugada dudosa. Messi controla con la mano y se la cede a Luis Suárez, que se luce con un piscinazo infame según pisa el área. El árbitro, Hernández Hernández, pita penalti. En las protestas madridistas saca varias tarjetas, la típica roja a Ramos, y consulta a través del pinganillo. Durante el barullo, Óscar Lago en la realización busca la imagen con el ángulo más dudoso, aquel desde el que no se vea bien que se ha tirado con las mejores artes aprendidas en la escuela culé de teatro. López Nieto y García de Loza, desde la sala de control del VAR, ratifican entre sonrisas la decisión del colegiado: es penalti. Iturralde y Andújar Oliver lo corroboran en las radios y medios digitales. Messi marca el penalti y el Barça gana el partido. Villar y Sánchez Arminio brindan con cava. Roures se entrelaza las manos sobre la panza y comienza a descojonarse de risa.