Sumido en un océano de incertidumbre se encuentra el mundo futbolístico, ante los ataques ordenados por EE.UU., a la Nación Siria, lo cual si cuenta con la con la bendición diabólica del mismísimo Presidente Putin, echaría al traste con la anhelada cita pactada y muy esperada cada cuatro años, paradójicamente organizada esta idílica cita en Rusia, País que tiene al mundo al límite de los nervios por sus acusaciones mutuas con otras potencias y con el agravante de ser señalado por Inglaterra del envenenamiento de un ex espía, junto con su hija, cosa que no interesa al universo del balón, quien ve en el mundial de fútbol, la ocasión expedita de enfrentar deportivamente a enemigos políticos, sociales y religiosos, que en otras citas mundialistas se han confrontado, saliendo victorioso el juego limpio y el amor a una afición.
Nos dolería en el alma el ver truncado el sacrificio de este puñado de deportistas ajenos a confrontaciones belicas, solamente interrumpidos los mundiales por la primera y segunda guerra mundial, lo cual creíamos tema superado y con heridas cicatrizadas con el trasegar del tiempo, pero que unos dos o tres personajes mundiales con extremados poderes militares, quieren poner en ‘jaque’ al fútbol, como si se tratara de una partida de ajedrez, siendo reemplazados el caballo, alfil, torre o rey, por armamento sofisticado y letal, capaz de desinflar un balón hacer crecer odios y rencores en terrenos que el fútbol no conoce, porque el fútbol no conoce campos bélicos, sino el hermoso césped con la circunferencia en el centro como símbolo de justicia y equidad.
Ojalá estas letras se las lleve el viento y creen más bien conciencia en los líderes mundiales o que las multinacionales que mueven y manejan el deporte universal, tomen partido en este juego entre diablos y pongan en práctica en forma inmediata una pedagogía a nivel mundial y los hagan tomar conciencia del daño irreparable que causaría la no realización de un mundial de fútbol, que es mejor y mata menos gente que las que morirían Dios no lo quiera en una tercera guerra mundial, porque el mismo Dios no les perdonaría semejante brutalidad y barbarie y estoy seguro que no dejará al ‘futbol sin mundial’!