Ahora que parece inminente la llegada del holandés Ronald Koeman al banquillo del Fútbol Club Barcelona, me ha dado por recordar una historia de su primer paso como entrenador por España, durante su llegada en la temporada 2007-08 al Valencia. Tengo amigos que dicen que mi teoría tiene algo de locura, pero estoy convencido de lo que digo: la llegada de Koeman al Valencia fue clave para que la selección española encadenara sus grandes éxitos Euro 2008-Mundial 2010-Euro 2012.
Por supuesto que Koeman no influyó en el estilo de juego de Luis Aragonés, seleccionador por entonces, ni en su manera de entender el fútbol, pero uno de los efectos colaterales de sus decisiones en el banquillo valencianista repercutió de manera muy positiva en la selección. Koeman llegó a un Valencia en plena crisis el 31 de octubre de 2007 tras la destitución de Quique Sánchez Flores. El club era un polvorín, como viene siendo desde hace mucho tiempo: directivos, plantilla, la afición enfrentada, las deudas del nuevo estadio…
Entre las primeras decisiones del holandés al llegar a Valencia estuvo apartar al capitán, David Albelda, al portero Santiago Cañizares (uno de los veteranos con más peso en el vestuario) y Miguel Ángel Angulo. “Sé que es tu cumpleaños, pero te voy a dar una mala noticia: no cuento contigo. Búscate equipo”, le dijo a Cañizares. Con Albelda fue aún más duro: “No has ejercido de capitán como debías. Arréglate con el club”. Pese a ser tres de los baluartes de aquel equipo y pese a la mala posición en la clasificación de la Liga, el holandés se mantuvo firme en su decisión y dejó en la grada a los tres jugadores durante muchos meses. David Albelda, quien ha proclamado su valencianismo a los cuatro vientos, respondió a la decisión demandando al club y exigiendo el pago de su cláusula de rescisión: 60 millones de euros. “Valencianista” a muerte, sí, señor. La demanda fue desestimada.
¿Qué tiene que ver todo esto con la selección española? Pues que Albelda era fijo para Luis Aragonés, uno de los indiscutibles en su equipo ideal de selección con la que pensaba competir en la Eurocopa de 2008. La selección de Luis Aragonés no enamoraba a nadie. Se clasificó para el Mundial de 2006 tras pasar una repesca y realizó una clasificación poco brillante para la Euro de 2008. El equipo aburría y la Federación ya había contactado con Vicente del Bosque para que sustituyera al “Sabio de Hortaleza” tras la Euro.
Durante los meses previos a la Eurocopa sucede el enfrentamiento entre Koeman y Albelda en el Valencia. Pese a que el jugador valencianista llevaba varias semanas sin jugar, Luis Aragonés volvió a convocarlo para ir a la selección. Don Erre que Erre era un hombre de ideas fijas, pero cedió a la lógica y a la presión de la prensa: no se entendía que un jugador falto de ritmo de partidos fuera uno de los fijos en el centro del campo de la selección. David Albelda era eso que llamo “jugador anchoa”, un concepto nada futbolístico y sacado de la manga. O de una cena pizzera con amigos. Una pizza de ahumados con una sola anchoa en el centro sabe toda entera a anchoas. Es el poder de este bicho. Pues bien, hay jugadores con el mismo poder en el campo: si están en el once, todo el partido se “Albeldiza”, se ensucia, cada rival se tensiona porque sabe que se va a llevar una tarascada. El rival juega peor, pero tu propio equipo también. Javi Navarro, Ballesteros, Gattuso, el Cholo Simeone, Pepe cuando jugaba en el centro del campo,… son otros ejemplos de “jugadores anchoa”.
Cuando por fin (“¡por fin!”, clamamos algunos aficionados), Albelda desapareció de la selección, el equipo comenzó a mejorar su juego. Su puesto fue ocupado por Marcos Senna, al que poco se le recuerda su contribución en aquel campeonato. El hispano-brasileño no solo era un medio de contención, sino que añadía el buen toque típico brasileño a su juego. Con él sobre el terreno de juego, la selección fue otra. No digo que Koeman sea artífice del triunfo de España en Austria, pero sí afirmo que los efectos imprevistos de su decisión fueron fundamentales.
El juego mejoró de manera ostensible, pero aun así los nuestros seguían con el agarrotamiento de la maldición de cuartos. Y además frente a Italia. Pero aquel día se superó la prueba, San Iker Casillas detuvo dos lanzamientos de los italianos y una vez en semifinales… el juego se desbocó. Frente a Rusia y Alemania España jugó sus dos mejores partidos del torneo y en ambos sobresalió Marcos Senna, dentro de la línea muy alta del equipo.
Lo que vino después es Historia de la selección y de la buena. Y David Albelda no volvió a jugar con la selección.
Por su parte, Koeman trató de hacer una limpieza en el vestuario (como la que le va a tocar hacer ahora en Barcelona), ganó la Copa del Rey, pero siguiendo con la tendencia suicida instalada en el club hace años, fue cesado antes del final del campeonato.