Estados Unidos se ha caracterizado por hacer del deporte profesional un asunto de Gobierno, con la trascendencia, el brazo financiero, la importancia mediática, el encausamiento social suficiente, y sobre todo el impulso comercial que debe dársele, para aspirar a tener siempre los primeros lugares, las estadísticas más favorables y el mejor, o uno de los mejores niveles en el mundo. Guste o no, Estados Unidos debe considerarse una referencia trascendental del deporte internacional.
En ese sentido el futbol soccer profesional y la MLS, en forma particular, no intentan ser la excepción, y desde la dinámica federativa estadounidense en conjunción con los empresarios interesados en el futbol de primer línea de aquel país, se ha intentado hacer una liga competitiva, formadora, mediática y sobre todo altamente espectacular.
Está claro que la MLS va creciendo a pasos agigantados en todos los rubros que deben componer una liga de élite; cada vez es más común ver jugadores estadounidenses, muchos de ellos de raíces mexicanas por cierto (irónicamente en el país de la xenofobia permitida en el U.S de Trump), con altos blasones técnicos, inteligentes con la pelota, de buenas condiciones físicas y sobre todo con altas expectativas para jugar en Europa. No está demás mencionar que Estados Unidos en estos momentos tiene una generación bastante interesante de jóvenes promesa que reemplazaran adecuadamente y de seguir el camino del futbol de primera línea a los Howard, Bradley, Dempsey, Donovan, y Cia sin problema alguno, y reitero con futuro prometedor en las ligas de oro europeas.
La calendarización y los tiempos competitivos y precompetitivos, rompiendo el molde internacional tradicional, trae beneficios muy rentables en la parte deportiva porque cuida el rendimiento y la sobreexplotación de los jugadores, vigilando mucho sus tiempos y jornadas de descanso fuera de temporada vinculado a sus calendarios contractuales, incentiva con anticipación el estreno de las ligas año con año pensando en los aspectos comerciales, se piensa mucho en la pretemporada física y la preparación físico atlética de los equipos (con altos estándares de entrenamiento), y además permite que el rendimiento alto y la alta espectacularidad se garanticen en los alcances de los diferentes equipos de la MLS durante todo el periodo de la temporada en turno. Tiene muchos beneficios el criterio de los tiempos en suelo estadounidense. Esto permite además emular un grado de comercialización parecido al que internacionalmente incentiva la NFL, la NBA o las grandes ligas.
Además hay una concepción muy pulcra, de alto nivel federativo y directivo, a diferencia de la mediocridad con que el tema del espectáculo se dirige en México, de lo que tiene que ser la espectacularidad del futbol soccer profesional (léase el compromiso de calidad con la tribuna).
El tope salarial es un aspecto más que trascendental, porque a pesar de las cuantiosas cifras millonarias que maneja el futbol en Estados Unidos, se asume con seriedad que es más significativo el argumento deportivo central desde la cancha que las carteras. Al final de cuentas el tope salarial estadounidense es un mensaje de mesura deportiva bastante bien pensado por los hombres de pantalón largo del futbol norteamericano.
En Estados Unidos se roza siempre los máximos alcances del máximo nivel que tienen sus clubes, sus jugadores, sus figuras, etc. Hay una inercia de todos los equipos estadounidenses, sumados los clubes canadienses que participan en esta liga MLS, de cuidar el valor del espectáculo, ofrecer buenos partidos, proponer sistemas de juego altamente ofensivos, tirados para adelante y no improvisar.
La MLS tiene claro además que este es el camino para competir comercialmente cada fin de semana ni más ni menos que con las mejores ligas del mundo de basquetbol, beisbol y futbol americano, es decir, la NBA, las grandes ligas y la NFL, ni más ni menos. Hay mucho que aprenderle en estos rubros de la cultura del espectáculo deportivo a los estadounidenses sin ninguna duda.
Es muy bueno, como otro punto, el criterio para la elección de fichajes extranjeros y de figuras mundiales que quizás llegan a la unión americana para dar su último aire a cambio de significativos y jugosos contratos tasados en millones de dólares americanos. Que en la historia reciente de esa liga hayan estado Pirlo, Kaká, Beckham, Cuauhtémoc, los hermanos Dos Santos, Pescadito Ruiz, Rooney, Vela, Gerrard, David Villa, Cole, Sagna, Bastian Schweinsteiger, y el último gran fichaje de Zlatan Ibrahimovic, entre otros más, no es obra de casualidad.
Esta la conjunción cabal de un estudio y una proyección comercial, mediática y deportiva de alto nivel directivo, otra vez desde la inteligencia de los hombres de pantalón largo que toman decisiones en el futbol soccer profesional de Estados Unidos. Es preciso decir que estos hombres les pueden dar clases catedráticas de manejo federativo y deportivo a muchos torpes e impresentables que manejan el futbol mexicano, salvo honrosas excepciones por supuesto.
Cuando escucho que de forma hasta bohemia, ingenua y tierna, decir a los propagandistas del periodismo deportivo mexicano, sumados a muchos federativos nacionales, decir que la MLS no ha superado a la Liga Mx, a veces me cuestiono si se puede ser tan inocente, tan ciego y tan poco observador como para no aceptar ni constatar que los pasos agigantados en todos sentidos que ha dado el futbol estadounidense lo consagrarán de cara al futuro para reivindicar una de las ligas más importantes del mundo, al parejo de las europeas de alto nivel competitivo de élite. China va por un camino parecido por cierto. ¿Hay una geopolitización del futbol soccer?, saque usted sus propias conclusiones.
Estados Unidos además tiene estadios encaminados al futbol, otros más compartidos (con buena visión de negocio) con equipos de beisbol o futbol americano (volviendo intrascendente este hecho), que ya en 1994 (hace 24 años) les permitió hacer un mundial con todas las de la ley, y que a la fecha garantiza el cumplimiento del aforo, el confort, el disfrute, la seguridad y la afinidad comercial, en torno a un estadio de futbol, con todos los argumentos favorables. Están sabiendo enarbolar una estructura muy completa en el futbol estadounidense.
Cabal e inteligente, en este mismo sentido de la MLS, fue la decisión del señor entrenador Matías Almeyda de fichar para el club californiano de los Terremotos de San José (San Jose Earthquakes). Mucho que ofrecer tendrá el argentino para dar al mundo del futbol estadounidense, donde seguramente, y lo digo de manera responsable, será muchísimo más valorado, querido, apreciado y protegido que en la miserable estructura dirigencial del futbol mexicano, donde se encargaron de forma bastante canalla de boicotearlo y dañarle su excelsa reputación profesional. Bienvenido a Estados Unidos Matias.
ARGENTINA SE PERCATA DEL FENÓMENO ESTADOUNIDENSE
Mientras en México contemplamos cuan vacas pastando el ascenso generalizado del futbol estadounidense, observamos como en Argentina, con herramientas y con un sistema futbolístico de primera línea (aún dentro de la crisis federativa de aquel país), ven en Estados Unidos un nicho bastante jugoso en términos comerciales, deportivos y de consagración de sus jugadores y técnicos.
Aunque usted no lo crea pero son inmensamente mayores las cifras de personalidades de cancha (léase directivos, jugadores, entrenadores) de nacionalidad argentina que de México los que están en la MLS.
Y es que el objetivo que desde México se ve en Estados Unidos es el de los dólares frescos e inmediatos y nadamás, mientras que los argentinos ven ese mismo detalle que por supuesto no es menor, aunado al beneficio deportivo y mediático que de ahí se puede obtener.
Es muy común también ver que equipos como River Plate, Boca Juniors, San Lorenzo de Almagro o la Selección Argentina hagan cada vez más seguido partidos amistosos de pretemporada en canchas de California, Texas o incluso estados muy al norte como Washington o Illinois.