Luego de otro partido, en que nos dieron un feo y deslucido empate ante Lobos BUAP, nos damos cuenta que Atlas no puede. Han pasado cuatro jornadas de la actual Liga Bancomer MX, y los Zorros no han podido meter ni un gol, y por consecuente, no han ganado ningún partido. Ésta situación se debe a diversas malas decisiones, tanto técnicas, como deportivas y directivas.Una de dichas malas decisiones fue traer refuerzos que son grandes jugadores sobre el papel… Pero no tanto sobre el césped, como lo ha demostrado ser el uruguayo Raúl Octavio Rivero, quién a pesar de jugar los cuatro partidos con los rojinegros -y completarlos todos- no ha podido marcar un sólo gol en Liga (en Copa metió doblete vs Cruz Azul), ademas de tener una amonestación en el partido vs América. Otro de los refuerzos que no se ha adaptado del todo al futbol mexicano es Ricardo Ricky Álvarez, jugador procedente de la Serie A, quien a pesar de ser uno de los mejores jugadores de los Zorros, tampoco ha podido marcar la diferencia en el certamen liguero.
Otra decisión cuestionable, esta vez del técnico Gerardo Espinoza fue la salida del guardameta Miguel Fraga, dejando en la portería al juvenil José Hernández (relegando a la banca al veterano Edgar Hernández), quién a pesar de su innegable talento, está pagando el precio de su inexperiencia al cometer errores que cuestan goles en la meta tapatía.
Dentro de las causas del mal momento de la escuadra propiedad de Grupo Salinas, esta que sus jugadores, quienes a pensar de que en algún momento mostraron buenas cosas en otros equipos, o en divisiones inferiores, no se terminan de convencer de la institución que representan, circunstancia que derivó en que el presidente de los Zorros, Gustavo Guzmán, trajera al simbolo rojinegro más importante de los últimos años, Rafael Márquez, a la dirección deportiva del equipo de sus amores, intentando inculcar a sus jugadores el amor a la camiseta.