Al margen de las explicaciones técnicas y comerciales (de negocio precisamente) que derivaron en el cambio al interior de TELEVISA (Por cierto, principal factor causal del fracaso deportivo permanente en que se mantiene la Selección mexicana de futbol soccer) para que las trasmisiones de Tigres ahora vallan por Izzi desde el inicio del Torneo Apertura 2018, está claro que la principal finalidad era evitar que el equipo regiomontano rebasara la capacidad mediática que los equipos capitalinos América, Cruz Azul y Pumas tienen, a la fecha consentidos de la citada empresa.
Descartando al América, pareciera que a Televisa le importa demasiado proteger los intereses comerciales de Pumas y Cruz Azul, equipos vinculados al fracaso deportivo en toda la extensión de la palabra en los últimos años, sin importar la jerarquía deportiva del mejor equipo de la década (Tigres), el cual ha hecho casi todo a la perfección y a la fecha se consagra como el proyecto más fuerte, sólido, exitoso y contundente de la cada vez más mediocre Liga Mx.
A Tigres no solamente le despojan de su medio masivo de comunicación a costa de las miles de protestas en redes sociales no sólo en Monterrey sino en el resto del país, incluida la Ciudad de México, de aficionados que teniendo o sin tener a Tigres como equipo, disfrutábamos de ver cada quince días sus juegos desde el monumental, mítico e histórico Estadio Universitario. Incluso pasaron a perjudicar a los aficionados meramente regiomontanos que ante el corte de transmisión en tiempo real de los juegos de locales de Tigres y Rayados en la Zona Metropolitana de Monterrey compraban paquetes de la empresa Sky para mirar los duelos del equipo universitario.
Tigres ha venido haciendo la gestión deportiva a carta cabal de manera correcta, han consagrado historias permanentes de éxito, de buen futbol, de una gran idea de juego, de una filosofía institucional y de una comunión perfecta con su tribuna, su afición, su gran y vanguardista ciudad (Monterrey, Nuevo León) y con el resto del país. A Televisa y a los equipos grandes (Guadalajara, América, Cruz Azul, Pumas y Toluca) les duele saber que Tigres les gana progresivamente mercado, trascendencia, aficionados jóvenes, importancia, protagonismo, vida de estadio, vida de equipo y gran futbol. Tigres está muy por encima de todos ellos en la actualidad.
LE FALTAN AL RESPETO AL TUCA
Desde que Ricardo Ferretti empezó su carrera como entrenador y comenzó a consagrar una historia de gran profesionalismo y entrega al oficio del futbol se le vinculó como candidato a dirigir la Selección mexicana de forma permanente. Sería absurdo poner en tela de juicio que ante el miserable y mediocre proceso del colombiano Juan Carlos Osorio, el nombre del brasileño junto al del ahora mal querido argentino Matías Almeida son los dos perfiles más adhoc para reconstituir el tejido deportivo de la Selección mexicana.
No puedes llegar con el Tuca y decirle que está entre cuatro perfiles más para dirigir la Selección. En unos años Ricardo Ferretti se convertirá en el mejor entrenador en la historia del futbol mexicano, y de la época moderna sin dudas es el mejor entrenador que existe en nuestro circuito por encima de valiosos nombres como Manuel Lapuente, Ricardo Lavolpe, Víctor Manuel Vucetich o Enrique Meza.
Para llegar con el Tuca tú tienes que asumir una postura de hacerle saber que él es tu gallo, tu prioridad, el único perfil que pretendes tener para emprender un proyecto exitoso con la Selección mexicana. Es grosero y grotesco el error en las negociaciones de todos los directivos impresentables que hoy dirigen la Selección mexicana intentar negociar así con el entrenador brasileño, haciéndole saber que está dentro de una baraja de tres o hasta cuatro entrenadores más. Son hasta tontos para dialogar de futbol con gente que su vida gira en torno a este deporte como Ferretti.
Está claro que Yon de Luisa representa otra cara más de los intereses oscuros y peligrosos de Televisa, por lo tanto es más de lo mismo.
Es evidente que ante estas formas miserables y poco respetuosas, el Tuca prefiere cerrar su historia con el futbol profesional dirigiendo Tigres, con todo a favor, escribiendo una historia de éxito permanente, tendiendo a hacer del equipo universitario un conjunto aún más grande de lo que ya es, más allá de la gran Ciudad de Monterrey; con la selección y el rasgo impresentable de sus directivos tiene todas las de perder como en algún momento le pasó a Vucetich por aquel lejano año 2013, mientras que con Tigres tiene aún más para ganar de lo que ya tiene. La ciudad de Monterrey y Tigres son la casa de Tuca, su familia, sus aliados, no tiene nada que hacer en el entorno miserable, mezquino y antideportivo de la Selección mexicana y Televisa.
Ellos sí necesitan al Tuca y el no los necesita, así de simple.