“Messi, siempre Messi,” podría ser el nombre del último tango escrito en La Boca. Argentina superó a Haití por 4 a 0 y así, se despidió de su público que festejó los tres goles de Lionel Messi y uno, del “Kun” Agüero.
El partido se disputó en la “Bombonera”, el mítico estadio de Boca Jrs. y presentó una gran concurrencia de aficionados que buscan una reconciliación con su selección.
Sub-campeona del pasado Mundial de Brasil y de la última Copa América y Centenario, Argentina comienza el recorrido de un camino que sueña, culmine en la final de Rusia 2018. Los dirigidos por Jorge Sampaoli quieren cerrar una herida que cicatriza sólo con la obtención de la Copa del Mundo.
Un simple sparring como Haití, un paso por la Barcelona de “Lio”, otra escala en la bélica Haifa para enfrentar a Israel y una visita al Papa Francisco, son el alimento colorido previo al Mundial. El enigmático equipo titular, un esquema de juego y el poco tiempo de trabajo, es el descolorido que envuelve al simpatizante argentino.
Argentina es candidata porque su historia, se lo obliga. Argentina va por el Mundial que consagre a su figura: el 10. Argentina tiene a su legión alistada pero, como en muchas oportunidades, primero deberá vencer a sus propios fantasmas.
Después de 32 años, Argentina buscará el título que obtuvo en México ´86, el mundial que coronó a Diego Maradona. Esa corona, es la que busca Messi, la que sueña Argentina. Es la corona que le pondría el corolario al tango “Messi, siempre Messi”.