Cuando por fin pude arrancar mi primer programa de entrenamiento de fútbol femenino en febrero del 2001, con un grupo de niñas/chicas, interesadas en jugar fútbol, en los Colegios, Gimnasio Académico Regional de Suba, y, Ateneo, de Fontibón, en Bogotá; MIA HAMM, se convirtió en nuestro ícono favorito, en nuestra heroína fervorosa más inspiradora, para motivar a las niñas/chicas, “que jugar al fútbol, era una alternativa muy especial como proyecto de vida y una oportunidad fabulosa de crecimiento personal y deportivo”.
Un recorte del diario El Tiempo, dando cuenta en ese entonces, de toda la trayectoria tanto ganadora como goleadora de Mia Hamm, nos sirvió para hacerlo circular entre cada una de las chicas asistentes a los primeros entrenamientos y prácticas, y algunas de ellas, dibujaban como, “una pequeña tarea”, en sus cuadernos, una imagen y un pensamiento personal motivador, “de cómo se veía cada una hacia el futuro, jugando al fútbol”; inspiradas ciertamente, en la gloriosa historia de la goleadora Mia Hamm.
Cuando estamos a escasos días de poder ver iniciarse La Octava Versión de La Copa Mundial Femenina de Mayores, en Francia/2019, y, cumplirse así, veintiocho (28) años de historial de la misma, (que se empezó a jugar en 1991, en la República Popular China, con el primer título logrado por los Estados Unidos, precisamente comandada por Mia Hamm) recordarla a ella, a mi ícono favorito, MIA HAMM, es para mí, un real momento de inspiración como un personal motivo de placer al poder hacerlo.
Ésta heroína del FF MUNDIAL, oriunda del Estado de Alabama, al sudeste de los EE UU, que llegó a hacerse conocida en los ámbitos deportivos, donde aparecía para firmar autógrafos y dedicatorias, como el fenómeno, “Mía-Manía”; nunca se permitió, “que tanta gloria, tanto reconocimiento y tantos galardones alcanzados, la marearan; para nunca perder ni su sencillez, ni su humildad y darse siempre con cariño sincero a sus fans e hinchas”.
Las páginas de LA FIFA.COM, han elaborado una hermosa crónica recordatoria de la goleadora gringa, que, felizmente, me permito compartirles:
“El fútbol femenino tenía su primera auténtica superestrella”.
Dondequiera que iba Mia Hamm, se encontraba con una multitud de seguidoras jóvenes y entusiastas que la adoraban. Por mucho tiempo que tardase, Hamm se aseguraba de que todas esas cazadoras de autógrafos y fotografías se marchasen con un recuerdo de haber conocido a su ícono. “Es muy importante para las chicas jóvenes tener deportistas femeninas con las que puedan identificarse”, subrayaba.
Pero la ícono de la selección estadounidense era una celebridad a regañadientes. “En realidad no soy extrovertida”, admitía entonces. “De niña normalmente estaba en un segundo plano. Para mí era más fácil comunicarme con la gente a través de los deportes y lograr conocer a las personas de esa forma. Para mí, los deportes eran un medio para poder encajar”.
Hamm, por supuesto, acabó haciendo mucho más que simplemente encajar. La jugadora de Alabama sobresalió y, cuando se tomó esta fotografía en 1995, llevaba camino de convertirse en la deportista más importante de su generación. Y ese tipo de distinciones no le resultaron cómodas nunca…
“Mia no quería la etiqueta de ‘mejor jugadora del mundo’, aunque cuando estaba enchufada, no cabe duda de que lo era”, afirmó Tony DiCicco, su ex seleccionador con Estados Unidos. “Tenía la capacidad de hacer que la gente contuviese la respiración. Se parecía mucho a lo que hacía Michael Jordan en el baloncesto”.
DiCicco no era el único que la comparaba con Jordan. De hecho, un famoso anuncio de televisión, ‘Michael vs. Mia’, enfrentaba entre sí a estas dos leyendas en varios deportes, y concluía con Hamm volteando al icono del baloncesto con una llave de judo.
Mia Hamm en cifras
- 276 partidos internacionales
- 158 goles como internacional
- 2 títulos de la Copa Mundial Femenina de la FIFA (1991 en RP China y 1999, en los Estados Unidos)
- 2 medallas de oro olímpicas
- 2 premios a la Jugadora Mundial de la FIFA del año
- 5 premios consecutivos a la mejor futbolista estadounidense del año
Hamm era plenamente merecedora de la comparativa. Poseía habilidad, velocidad, condiciones físicas y elegancia en igual medida, y concluyó su carrera habiendo marcado más goles como internacional que cualquier futbolista de cualquier género. Durante un periodo fue, como Jordan, incomparable.
Cuando Abby Wambach le arrebató ese récord goleador en 2013, admitió no sentirse digna de superar a su ícono. “Cuando me miro al espejo no veo a una persona que haya tenido la repercusión que Mia Hamm tuvo en el fútbol”, declaró Wambach a FIFA.com entonces. “Lo que hizo por el fútbol femenino es inconmensurable. En un mundo perfecto, y si no me quedase aún el Mundial por ganar, me habría retirado el día en que empaté con ella”.
Pero, aunque Hamm pudiese haber sido la Jordan del fútbol femenino, no poseía la inquebrantable confianza en sí misma de su homólogo baloncestista. Su compañera de selección Lorrie Fair la describió como “la superestrella más humilde que he visto jamás”, mientras que DiCicco dijo que lidiar con la falta de confianza había sido lo que había marcado “la vida profesional” de su jugadora estelar.
Para muchos, el hecho de que Hamm conquistara el mundo pese a tales inseguridades, simplemente la convirtió en una persona más admirable y más fácil de identificarse con ella. Eso quedó reflejado en las multitudes que la invadían, y en las posteriores generaciones de jugadoras que la siguen citando como una inspiración”. (FIFA.COM).
CREO, FIRMEMENTE, QUE LA INSPIRACIÓN DE MIA HAMM, CONTINÚA Y CONTINUARÁ EN CRECIENTE, EN TODOS LOS ÁMBITOS DEPORTIVOS FEMENINOS MUNDIALES; PORQUE SU FIGURA DE SENCILLEZ, DE HUMILDAD Y DE DARSE CON CARIÑO SINCERO HACIA SUS FANS, ¡¡¡ PERDURA Y PERDURARÁ, POR SIEMPRE, COMO SUS GOLES. SÍ, POR SIEMPRE. SÍ, POR SIEMPRE !!!.
Con todo mi especial cariño y admiración,
Phanor Humberto Ramírez Peña.