Mourinho tiene problemas para gestionar el equipo y el grupo. Problemas con la hinchada, con algunos jugadores históricos del club, y creo, que hasta con él mismo.
A José Mourinho ni siquiera le podemos pedir un fútbol atractivo -aún tenido los intérpretes para hacerlo-, porque parece que se le acabó el método. Desde siempre se limitó al resultado y da la sensación que ya no tiene recursos para conseguirlos
“La pócima Mourinho” se diluyó. Un día le gana a Juventus en Turín, pero días después pierde de manera categórica con el Manchester City (3-1) y luego no puede con Crystal Palace en Old Traford (0-0), su siguiente fue contra el modesto Young Boys de Suiza y apenas lo pudo superar con un agónico gol después del minuto 90. Así se la ha pasa esta temporada (y parte de la anterior), sin conseguir regularidad y buenos resultados.
Parece que los propios jugador se termina cansando de la forma, de cómo no te puedes sostener en los resultados, en los líos en ruedas de prensa cuando no se gana, de la cero autocrítica, de lo mucho que les pide y de lo poco que les da.
El Manchester United de bueno solo tiene individualidades: De Gea, Pogba, Lingard, Rashford, Alexis, Lukaku… Mou no logra engranar tan buenos jugadores a un colectivo, ni siquiera a su forma. Como lo hizo en Inter o por momentos en el Real Madrid.
Su característica invariable: el desprecio por el juego. Pensar en el resultado con un juego mezquino, especulativo y miserable, le llevó a que hoy tenga una desacreditación masiva del espectador, aun cuando no es poco lo que ganó en el pasado
Es curioso que Mourinho esté en un club como los Red Devils, un club de una gran tradición, histórico, de los más grandes de Europa y probablemente el más grande de Inglaterra, que pase todo esto y nadie se rebele ante su figura.