Televisa está obligado a soltar las riendas del equipo nacional ya que no puede más con el paquete deportivo ni las exigencias al respecto. Televisa en la esfera de la comunicación luce como un ser famélico, sólo basta con analizar sus contenidos cada vez más decadentes, y hasta poder asimilar porque apoyaron hasta el final y como nunca a AMLO en las recientes elecciones federales; es obvio que están en crisis, que van a volver a necesitar del Estado mexicano para salir del atolladero en el que están, y por consiguiente esa situación se refleja en el devenir deportivo de la Selección Nacional.
¿Por qué no probar con otras estructuras deportivas mexicanas exitosas?, ¿por qué no hacer uso de la grandiosa capacidad deportiva que desde cero Jesús Martínez y Andrés Fassi emprendieron en torno al Grupo Pachuca?, ¿porqué no permitir que la gente de la estructura deportiva del Guadalajara, sin Jorge Vergara por supuesto, tome cargo del timón deportivo de la Selección nacional?, ¿por qué carajo seguir dependiendo de Azcárraga y de los empleados que este coloca en la FEMEXFUT, y que desde Grupo Televisa aplican el manual de decisiones que a la televisora le conviene para no perder su fuente de poder?
No debería caber dudas de que el relevo del fracasado proyecto deportivo de Juan Carlos Osorio debe ser el cuerpo técnico encabezado por Matías Almeyda en vínculo con un buen perfil de presidente deportivo que pudiera ser Ricardo Peláez (en actual rivalidad y sana distancia con Televisa, actual presidente deportivo de Cruz Azul), o Alejandro Irraragori (exitoso presidente deportivo de Santos Laguna), o incluso el Ingeniero Alejandro Rodríguez (exitoso ex presidente deportivo de Tigres).
La Selección necesita un proyecto distinto, un devenir deportivo diferente, con una reestructuración de todas sus fuerzas deportivas, con un vínculo muy estrecho entre sus equipos juveniles y la Selección mayor, con continuidad de algunos jugadores independientemente del equipo o liga donde militen sea en México o en el extranjero, con un estilo y una forma además de una filosofía deportiva bien establecida, con rendición de cuentas de todas las partes, con exigencia y gestión deportiva de acuerdo a los cánones del futbol de primera línea en el mundo.
El Estadio Azteca, es decir Televisa, porque incluso podemos concluir que AMLO cerró campaña en Televisa porque cuando alguien está dentro del Estadio Azteca está dentro de Televisa, así de simple, ya no puede ser la cancha oficial de la Selección mexicana. México necesita que su combinado esté en una sede de provincia con la garantía de mucho respaldo mediático y apoyo de los aficionados, y sobre todo con amplias posibilidades de intimidación hacia los rivales amistosos y oficiales a los que se enfrenta año con año.
En ese sentido Monterrey y el Estadio BBVA Bancomer deberían ser la nueva casa de la Selección mexicana, y como segunda opción considerar Toluca con el Estadio Nemesio Diez y las nuevas instalaciones físicas de la FEMEXFUT, e incluso como tercera opción Guadalajara y el Estadio Akrón de las Chivas; plazas de primera línea, con estadios de primer nivel en todos los sentidos, y fuera de la Ciudad de México, y particularmente fuera de Televisa.
Los jugadores mexicanos han manifestado que no juegan cómodos ni en el Estadio Azteca ni en la Ciudad de México; habría que escuchar a los actores más importantes de un equipo de futbol.
El equipo necesita dejar de jugar moleros en Estados Unidos. La Selección debe buscar partidos en Europa contra los mejores, y también debe bajar al sur del continente y jugar amistosos con rivales de Conmebol. Incluso habrá que sacrificar la cartera, secreto de exigir que Televisa delegue el poder del equipo, y jugar en lugares poco redituables en términos de dinero pero muy productivos deportivamente como países de Europa no occidental o África.
Habrá que incentivar también jugar más partidos amistosos en México, en otras sedes de provincia, como Aguascalientes, San Luis Potosí, Tijuana, León, Torreón, Puebla o Veracruz; estas sedes son muestra fehaciente de respaldo al equipo mexicano y de ser buenas plazas futboleras. Ni cualquier molesede en Estados Unidos ni la Ciudad de México son buenas plazas ya en este momento para el combinado nacional. Reitero, esta representa a todo el país, no solo a la capital. España hasta este año 2018 jugó un amistoso contra Argentina ganando por goleada en Madrid, tenía muchos años de no jugar en la capital de España alternando varias sedes de provincia.
No es imposible estructurar un buen proyecto deportivo para México. Lo más importante es que los recursos necesarios para ello los tenemos en casa. Basta de malinchismo extremo, de experimentos como Osorio, de improvisaciones. Pongamos las cosas en claro y proyectemos un mejor resultado deportivo integral para nosotros.
México puede ser una linda revelación para el mundo. Podemos ganar copas América, si dejan de sobreponer el criterio dinerario por sobre el deportivo, volver trámites sencillos las copas Oro y entregar mejores cuentas en Copas del mundo, juegos olímpicos y otras competencias internacionales.
México es un país de futbol, se juega buen futbol, hay buenos jugadores y sobre todo hay voluntad y recursos humanos y técnicos para poder trabajar.
Habrá que analizar también la cuota de futbolistas extranjeros, sin criterios xenófobos, en la Primera División. Hay que reformar y modificar muchísimos patrones deportivos de la Liga Mx y la Liga de ascenso; habrá que repensar bien las reglas de futbolistas jóvenes que existen. En casa tenemos todo lo necesario para salir adelante. Estamos con un camino alternativo sólido por delante pero también entre la espalda y la pared, y Televisa es en gran medida responsable de esta situación deportiva adversa y absolutamente mediocre.