Empecé a arbitrar con 16 años. Descubrí en el arbitraje y en mis compañeros grandes valores: siempre el deseo de hacer justicia, siempre la integridad a pesar de la violencia sufrida.
He defendido siempre que el error es involuntario. Y ahora llega el VAR y…
El VAR es una gran herramienta, pero algo está fallando. O falla el protocolo o falla el uso. Ahora bien, lo que está claro es que hay que solucionarlo.
Yo me dejo la piel para defender la integridad del arbitraje, pero ¿cómo defiendo ciertos errores después de ver la TV?
Ahora me dice la gente: “Sí, sí, error involuntario. Pitan lo que les da la gana con TV. ¿Por qué no van a hacer lo mismo los otros árbitros?”. Y yo quiero seguir creyendo. Pero, por favor, ayúdennos a darnos motivos para defendernos.
Que no se produzcan errores incomprensibles. Y, si se producen porque el protocolo complica las decisiones, que se expliquen esos errores; que escuchemos las conversaciones y podamos entender a sus protagonistas.
Se nos pide confianza ciega. ¿Por qué no puede haber claridad?
Y, si es verdad que el protocolo VAR provoca que sea complicado entrar en ciertas jugadas y al final se producen errores importantes, pues que lo digan los de arriba, los dirigentes, y luchen por cambiarlo.
Yo sé que los árbitros no pueden decir nada, pues sabemos que, si alguien habla, sufrirá las consecuencias. Es eso de “el que se mueve no sale en la foto”.
Pero los altos cargos sí pueden luchar. Si de verdad aman el arbitraje (no su cargo, sino el arbitraje), que lo hagan.
No puede ser que yo tenga la sensación de que lucho yo más por el arbitraje y, en general, los valores en el fútbol que quienes ocupan los cargos en los que se les paga por hacer eso (o así debería ser).
Amemos el arbitraje… con hechos.