Sin proyecto, sin técnico […] sin nada
El tiempo pasa, se derrocha indiscriminadamente, y no pasa nada. Ni la gente de pantalón largo, ni los dueños del futbol, ni la tacañería de la FEMEXFUT de no comprar la cláusula de rescisión del Tuca Ferreti que ronda los 20 millones de dólares estadounidenses, ni la misma afición, presionan, se apuran, se preocupan, casi como si nada pasara, para encausar un proyecto futbolístico serio. Actitud de vacas pastando y mientras los equipos élite del mundo más algunos equipos plebeyos que por lo menos han empezado a tejer un proyecto en otras partes del mundo. ¿Qué patéticas decisiones se toman en México?, ¿Qué les pasará por la cabeza?; ¿Seguiremos condenados a la miseria futbolística?, ustedes saquen sus propias conclusiones.
Más cancha y futbol, menos gel y peinados
Hay una especie como de pandemia internacional, con especial trascendencia en México, de que los jugadores jóvenes al saltar a la fama, se preocupen más del estilo hipster de la barba o el corte de pelo con peculiares simbolismos militares de moda; ¿Qué tal si en lugar de incentivarles eso a los chicos, se les inculcara mejorar la parte técnica de sus condiciones, su movilidad, su visión de campo, su inteligencia emocional, su manejo de balón, su estructura físico – atlética y muscular, entre otros?
Hoy pareciera que son más los jugadores, hablando de capas intermedias y menores que venden más por su apariencia física, su galanura, que por lo que puedan resolver, aportar, y desarrollar en una cancha de futbol soccer profesional. Esto sin duda mejoraría más el nivel del espectáculo, de las estadísticas y elevaría más el techo superior del alto rendimiento.
No sólo es debutarlos al vapor, es arroparles institucionalmente
Equipos como el Atlas de Guadalajara en estos momentos equivocan la estrategia a seguir para el fogueo que los jóvenes en el máximo nivel; se celebrará siempre que los jugadores jóvenes, provenientes de cualquier categoría, puedan estar en un banquillo de Primera división; sin embargo lo otro se cumplirá a la perfección en la medida en que se tenga un diagnóstico claro, como lo hace el Club Pachuca en la actualidad, de los alcances, capacidades, niveles y jerarquías que aún en calidad de promesa, los jugadores puedan alcanzar.
Ahora, tampoco se trata de arrojarlos al vapor, hay que saberlos llevar, proteger, hay que saber perfectamente cuántos minutos y de qué forma tendrán que jugarlos, hay que trabajar multidisciplinariamente con preparador físico, psicólogo, kinesiólogo, nutriólogo y papá o mamá (en caso de ser menores, o rondar los 18/20 años de edad) para ayudarle a progresar en beneficio de construir una etapa inicial de gran calidad, de absoluta seriedad con el estatus profesional que ha de cumplir en el máximo nivel con el máximo rendimiento en torno al futbol soccer profesional.
Más partidos de calidad, urgen
Se siguen viendo encuentros muy malos y algunos más muy aburridos, de forma constante en México, tanto en la Liga, como en la Liga de Ascenso y en la Copa Mx, visto en estos tres torneos el máximo nivel del futbol profesional a nivel nacional. Algo tienen que hacer los cuerpos técnicos y los jugadores para encender más el nivel dentro de la cancha.
En México sigue siendo una constante la imprecisión mayúscula, la poca claridad ofensiva, la descoordinación permanente, la poca seriedad técnica, la consistencia defensiva, entre otros, para la mayoría de los clubes. Además, una cosa es lo que se nos quiera vender del futbol mexicano con un discurso de liga competitiva y otra es la abismal y extrema realidad entre los equipos que son potentes y ricos contra los frágiles futbolísticamente hablando.
La gente no se dispone de prender la TV un martes, miércoles o viernes en la noche para perder su tiempo viendo futbol miserable luego de una jornada de trabajo intensa. Los dirigentes del futbol mexicano ven al aficionado como cliente, no como aficionado; luego entonces si es que somos clientes, ofrézcannos un buen producto que nos deje permanentemente satisfechos.
En este país desgraciadamente el futbol es visto como negocio puro, y por infortunio el producto que compramos la mayor de las veces es de mediana a mala calidad; son pocas las excepciones; el problema es que cuando en México se nos ofrece un buen partido termina por ser extremadamente bueno, perfecto incluso en lo espectacular. Entonces si en este país son capaces de darnos buenos partidos, la pregunta que surge es: ¿Por qué NO es así siempre, o la inmensa mayoría de las veces?