Considerado por todos como uno de los mejores centrocampistas entre la década de los 80 y los 90, el danés Michael Laudrup, nacido en Frederiksberg, Dinamarca, jugó en clubes de la importancia de Juventus, Barcelona, R Madrid o Ajax.
Tras su paso por el Brondby donde pronto demostró sus cualidades, decidió probar suerte fuera de sus fronteras y su primer destino fue el Calcio italiano, más concretamente la SS Lazio de la capital italiana. Allí estuvo dos años, para luego dar un salto cualitativo hacia la Juventus de Turín, uno de los grandes del panorama europeo. Allí ganó la Copa Intercontinental (1985) y un título de Liga (1986).
Como bianconero no pudo mostrar todo su potencial ya que las lesiones no le respetaron.
A partir de aquí parece que su suerte cambió. Tras cuatro años en la Vecchia Signora, en el verano de 1989 fichó por el FC Barcelona por petición expresa de Johan Cruyff. Llegó al lugar exacto donde su calidad se daría a conocer mundialmente y con la cual quedamos admirados.
Conocidos como el Dream Team, estuvo rodeados de jugadores de la talla de Koeman, Stoichkov con los cuales consiguió cuatro ligas y la primera Copa de Europa para la entidad catalana.
Tras algunas desaveniencias con la directiva y con el entrenador tras la llegada de Romario, el danés se vio relegado a un segundo plano y decidió fichar por el Real Madrid, siendo pieza clave en la consecución de dos ligas tras el anterior dominio del Barça.
Tras este periplo por España, se marchó a un fútbol en auge y más exótico como es Japón, concretamente el Visel Kobe para luego regresar a Europa y terminar su carrera en otro grande de Europa como el Ajax de Amsterdam.
Sus fintas, pases al hueco, pases sin mirar a lo “Magic Johnson” quedaron en la retina de todos los amantes del fútbol así como su elegancia al conducir el balón. Gracias a esa variedad de recursos técnicos conseguía abrir defensas cerradas y así permitir a los compañeros mejores posiciones para marcar.
Con la selección debutó en 1982 y abandonó el combinado nórdico en 1998.
Se da la curiosa circunstancia que en la Eurocopa de 1992 en Suecia no fue convocado por discrepancias con el seleccionador Moller-Nielsen y el equipo salió victorioso del torneo siendo invitado a última hora por la expulsión de Yugoslavia debido a la Guerra de los Balcanes. En esa selección había nombres de la talla Peter Schmeichel, Henrik Larsen y su hermano Brian Laudrup.
Llegó a formar parte del once ideal del Mundial de Francia en 1998.
Tras colgar las botas se dedicó a entrenar siendo los equipos más conocidos el Getafe y el Swansea galés.